UN DESTELLO QUE CAMBIE LA VIDA
Somos afortunados. En nuestra vida hemos tenido que plantearnos muchas veces cómo será el día que tomemos ese tren que nos lleve a nuestro último viaje. Haber estado alguna vez en el andén o haber despedido a personas importantes de nuestra vida nos llevó a reflexionar mucho sobre la vida y la muerte. Y hemos aprendido que gracias a la primera, la segunda no existe. Son una sola cosa. Vida. Una vida que es tan grande, inmensa e infinita como nosotras hagamos que sea. Así que ya no tenemos miedo. No sentimos nada negativo ante el próximo viaje que nos espera porque sólo es una de las etapas de esta carrera que es nuestra existencia.
Nuestro paso por el universo es, en su medida, intrascendente. O lo sería si no fuese porque podemos hacer que ese instante en que aparecemos en el escenario valga mucho la pena. Podemos aprovecharlo para brillar colosalmente.
Aunque sólo sea por un instante. Y es que siempre, absolutamente siempre, hay alguien mirando en esa dirección, buscando luz que calme su oscuridad y que le ayude también a brillar y hacer del cielo un acervo de estrellas.
¿Cómo lograrlo? ¿Cómo conseguir brillar de esa manera? Viviendo mientras se puede. Viviendo a tope. Y, sobretodo, viviendo bien. Viviendo en el amor, la pasión, el esfuerzo, la lucha, la justicia… Transmitiendo lo bello que vemos en el mundo. Acompañando a quienes buscan un camino en el que ser felices y sentirse seguros. Enfrentando las injusticias y luchando por cambiar lo que sea necesario, de una misma y del mundo, para que todes, seamos como seamos o de donde seamos, podamos ser también esa luz para otres muches.
Sí, somos un simple destello, pero ese destello es una luz que puede iluminar a quien más lo necesita en el momento que más lo necesita, que puede cambiar vidas y comenzar historias y rehacer caminos y alimentar sueños, esperanzas y metas.
Sí, somos un mínimo destello en el cosmos, insignificante quizás al compararse con abrumadora inmensidad del Universo, pero también somos un destello único, irremplazable y crucial.
Un único destello que podemos hacer que se torne tan absolutamente clave que ya nunca más pueda apagarse. Porque incluso cuando no podemos verlo en el cielo, está en nuestra alma. Esa luz brilla y brillará para siempre en nuestro corazón.
Hemos despido a personas importantes, tomaron el barco y partieron al horizonte para unirse al sol, al aire, al mar y a la tierra. Y sin embargo, cuando nos dimos la vuelta en la playa y quisimos dar el siguiente paso, descubrimos que no se habían marchado. Estaban en nosotros. Nos enseñaron y compartieron cosas que cambiaron nuestra vida para siempre. Nos cambiaron a nosotros. Son parte de lo que nosotros somo hoy.
Hoy somos quienes somos gracias a que Raúl empezó a pedalear aquella primera vez. Aquella primera bicicleta que Alberto le vendió cambió su vida.
Gracias al ciclismo nos encontramos Raúl y Míriam. No olvidaremos cuando fuimos a Morenito juntas a recoger la primera bici de nuestra vida en común que Fernando compró también a Alberto.
Gracias a todo ello, a todas ellas, a un montón de personas que forman parte de nuestra historia, hoy hemos creado un mundo rosa de esperanza y hemos aprendido y superado incluso las pruebas más duras. Gracias a todas y cada una de las personas que han dejado algo en nuestro corazón y a quienes lo dejan cada día.
Hoy nosotras luchamos por cambiar el mundo y dejar nuestro legado. Un legado que sabemos que no es sólo nuestro. Un legado que brilla gracias a la luz inagotable de todos.
Nadie se va nunca si sigue brillando. Si sumamos su luz a la nuestra. Y sí, es nuestra obligación mantener viva la llama de aquellas personas cuyo brillo ha hecho que el mundo sea mejor, que la vida valga la pena y que todo sea posible con amor, esfuerzo y perseverancia.
Gracias a todas ellas seguiremos viviendo. Y cuando nosotros también marchemos dejaremos un pedacito en el corazón de alguien y en él irán también quienes antes marcharon. Y juntas, todas, seremos inmortales.
Seremos vida. Seremos luz. Porque lo fuimos, lo somos y nunca dejaremos de serlo. Juntas.