TERRASSA, CUMPLIMOS 9 AÑOS
31.03.2020 11:18
¡Hola Terrassa!
Mañana cumplimos 9 años por aquí y este año lo vamos a celebrar desde el comedor de casa. Sin embargo, este año es con mucho el que más cercanía sentimos con todos y todas vosotras. Somos muchísimas personas en esta ciudad, todas absolutamente diferentes. Aun así, como ha pasado siempre a lo largo de la historia, nos autoordenamos en categorías, si “somos” del Barça o del Madrid, si “somos” de un partido u otro, si “somos” de una cultura u otra…
Sin embargo, llega un virus y resulta que somos todos y todas exactamente iguales. Resulta que podemos contagiarnos independientemente de qué tono tenga nuestra piel, en que pueblo nacimos, que edad tenemos o a qué nos dedicamos. Llega un virus y resulta que contagia igual al rico que al pobre.
De pronto llega un virus y nos muestra que las categorías las elegimos y perpetuamos por que la biología nos presenta hechos incontestables. Hechos que aunque contradigan la creencia heredada o nos incomoden son absolutamente innegables. El principal: Independientemente de todas las diferencias que tenemos somos todos absolutamente iguales. Seres humanos. Sin más.
Terrassa este infierno es duro, es tremendamente incómodo cuanto menos, pero podemos sacar algo de esta experiencia. Podemos salir unidos, más fuertes y felices de lo que nunca fuimos. A las ocho veo a mis vecinos aplaudir y ellos me ven a mí. Creo que nunca nos habíamos visto de ese modo. Tomando conciencia de que no estamos solos.
Darnos cuenta de eso que parece una obviedad puede cambiarlo todo.
Cuando dejo de sentir que el mundo es sólo lo que me incumbe a mí comienzo a actuar, a pensar y a reflexionar teniendo en cuenta que hay otras personas que se van a ver influidas por mí. Si me salto el confinamiento, si contamino las ideas con odio, si me dejo llevar por etiquetas en lugar de despojarnos de ellas, estoy haciendo daño a los demás. Y eso es hacerme daño a mí ya que todos y todas formamos parte de lo mismo.
Sabemos por supuesto que hace mucho que tiramos la toalla, que decidimos que el orden establecido sería siempre inamovible y que no había forma de romper las estructuras sociales y económicas. Pero puede que si queremos, sólo si queremos, este periodo pueda servirnos para reflexionar y darnos cuenta que la sociedad no es más que la suma de las personas, la economía la creamos y decidimos cada día las personas, etc…
Proponemos una pregunta para enfrentarnos al miedo: ¿si no existiesen las personas existirían…
Los virus? Sí
La vegetación? Sí
Los bancos? No
Las tormentas? Sí
Las clases sociales? No
El mar? Sí
Ergo, tomar conciencia del poder que tenemos nos ayuda a resituarnos de modo que el futuro sea una hoja en blanco donde podemos construir lo que deseemos.
Pero eso nos sitúa también en una posición donde todo el proyecto colectivo va a depender de la responsabilidad individual.
El sacrificio no lo es cuando no lo vivimos como tal. Cuando en lugar de “sacrificio” lo llamamos decisión consciente y responsable desaparece la frustración y las cadenas que vivimos impuestas se rompen para que seamos nosotros quienes libremente componemos cada pequeño espacio de nuestro presente y nuestro futuro. Cuando el pasado queda atrás para servirnos sólo de información para decidir con que baldosas y que cemento hemos probado que será más fácil que el camino sea sólido y seguro para todos.
Este año Terrassa, cumplimos nueve años como entidad de la ciudad, aunque llevemos aquí toda nuestra vida. Gracias por ser la ciudad que eres, por la ciudad que fuiste y sobre todo por la ciudad que quieres ser.
Y una ciudad son sus habitantes. Así que Gracias a todas y cada una de las personas de Terrassa por quedarse en casa, por ser responsables, por no visitar a sus familias, por poner el bien de sus hijos e hijas por encima del propio, por no acaparar en las compras, por mantener el metro y medio de separación, por no pararse en los supermercados, por no amontonarse en las panaderías, por manteneros activos en casa, por seguir ayudando a tener rutinas a los y las peques, por respetar a los vecinos, por sonreír al cruzar la mirada entre balcones, por… ¡tanto como hacéis egarenses!
Y Gracias sobre todo a quienes hacéis posible que el mundo siga, a quienes estáis en el sistema sanitario, en las fuerzas de seguridad, en los supermercados, en el transporte, en el campo, manteniendo las tiendas abastecidas, a las limpiadoras de quienes no se valen por si mismas, a quienes os encargáis de los cuidados en las casas, a quienes solidariamente montáis iniciativas colectivas o hacéis algo individualmente por vuestra vecina, gracias a quienes seguís educando desde casa trabajando sin parar desde vuestros ordenadores… ¡GRACIAS POR SOSTENER EL MUNDO!
Y a quienes se están enriqueciendo con esto, quienes están aprovechando para abusar, quienes están maltratando, quienes están odiando, quienes contaminan con sus ideas la paz del pueblo, quienes siguen saltándose las normas poniendo en riesgo a los demás, quienes abren sus empresas con excusas varias para poner el dinero por encima de la salud, quienes ahogan a las familias siguiendo con sus abusadoras facturas en fechas de crisis siendo empresas con beneficios estratosféricos, quienes pensáis que vais a poder seguir manejándonos para enfrentarnos tras trapos, consignas o siglas de lo que sea: Nos vais a encontrar unidos. Porque un pueblo unido renace, se crece y se reordena. Nuestra sumisión se acaba en el momento en que nos reconocemos entre nosotros como iguales y, creedme, la mayor parte del pueblo ya nos reconocemos en las calles, tiendas, balcones…
ES EL MOMENTO DE LAS PERSONAS
ES EL MOMENTO DE LA VIDA
EL año que viene cumpliremos 10 en un mundo nuevo y será gracias a los buenos sentimientos y las acciones responsables de todos y todas vecinas. ¡GRACIAS POR HACERLO POSIBLE!
RAÚL Y MÍRIAM