MANIFIESTO 8 MARZO 2023
8 de marzo 2023
Sigue pasando el tiempo y seguimos en una lucha que no descansa.
Cuanta más fuerza mostramos más se resiente el sistema y más fuerte es la respuesta reaccionaria.
Y sin embargo aquí seguimos. Y, por supuesto, aquí seguiremos. Porque la igualdad y los derechos de las mujeres no pueden seguir esperando. Porque la historia debe cambiar y poner al fin a las mujeres dónde corresponde. Darles su justo lugar en un mundo que es de todos y todas y no sólo por y para una parte.
Un mundo donde la lucha nos incluya a todas. Y también, por supuesto, a las mujeres fuertes y valientes dispuestas a conquistar el mundo del deporte des de todos los flancos. Porque nos lo merecemos. Porque ya está bien de esperar.
Imaginemos una mujer que se pone su maillot, su dorsal, coge su bicicleta y se dispone a salir en la carrera. Imaginemos que los árbitros la invitan a retirarse, que con un machismo rancio y un paternalismo absolutamente fuera de lugar le dicen que es por ella, que es que no va a poder, que para eso hay otras distancias, otras opciones, que no se meta dónde no la llaman, que se limite al minúsculo segmento que les tienen cedido.
Eso pasa, es aun hoy, hace escasas fechas, y ha venido pasando siempre. Pero entonces pasa algo que hace décadas nuestras madres y nuestras abuelas quizás no pudieron hacer. La mujer planta cara. La mujer responde con todo su pundonor y lucha por su derecho a pelear en igualdad. De enfrentarse a lo que ella quiere enfrentarse y no a lo que los otros le han dejado señalado. Porque sabe que no está sola. Porque juntas luchando en cada esquina, por cada derecho, conseguiremos la igualdad real, la de verdad y no esa ficción que creen que no vemos que nos han montado a medida de los de siempre, para callarnos.
Hoy aun pasa, sí. En el deporte nuestras mujeres tienen que pelear cada día por su derecho a ser deportistas. Deben enfrentarse a hándicaps que sus compañeros ni imaginan en cada una de las etapas de su preparación o competición. Y no se rinden. Nunca se rinden. Y cada día más hay referentes que copan las ilusiones de nuestras niñas donde antes sólo había unas pocas.
Laura Roca (Terrassa), Carolina Martin, Marta Vilallosana (Terrassa), Sandra Sánchez, Laia Sanz, Maria Peleteiro, Simon Biles, Emma Ortiz (Terrassa), Kathrine Switzer, Almudena Cid, Gertrude Ederle, Simon Biles, Vicky Losada (Terrassa), Teresa Perales, Dawn Fraser, Edurne Pasaban, Sandra Domene (Terrassa), Venus y Serena Williams, Lydia Valentin, Charlote Cooper, Ruth Beitia, Ronda Rousey, Anna Maiques (Terrassa), Nuria Picas, Marta Vieira da Silva, Maria Belmonte, Nadia Comaneci, Alexia Putellas, Paula Leitón (Terrassa)… la lista es infinita.
Aun así, nuestras mujeres jóvenes, nuestras niñas, siguen hallando ante si un abismo insalvable para continuar con su práctica deportiva al acabar la escuela. Está constatado que el abandono de las niñas de sus deportes es mayoritario y que muy pocas consiguen mantenerse activas en lo deportivo hasta la edad adulta, ya no con objetivos profesionales si no simplemente como mujeres activas, deportistas, que incorporan la actividad física y el deporte a sus hábitos y su cuidado personal en lo físico y lo emocional.
Cuando nuestras niñas llegan a la edad de 14 o 15 años llega un momento en que se las pone delante del espejo que el patriarcado les tiene reservado. Las “verdades” “universales” caen como una losa y de pronto ellas tienen que decidir basándose en aquello que se espera de ellas y no en aquello que ellas esperaban que fuera la vida.
Los cambios físicos, la presión del grupo social, la nueva preocupación exacerbada por llegar al físico heteronormativo que aparece en las revistas, sitúan a la mujer de nuevo en una esclavitud perenne a las normas que no han elegido y que sin embargo las mantienen con el yugo en el cuello.
Debemos luchar por liberarnos. Por dejar de ser las que nos sentamos en el banco a ser miradas para ser las que se adueñan también del balón en las pistas. Debemos luchar por espacios seguros donde las mujeres jóvenes puedan salir a practicar sus deportes sin miedo a ser atacadas. Debemos pelear por romper los moldes estéticos absolutamente inalcanzables y apreciarnos todas en el magnífico poder que escondemos cada cual a nuestra manera. Debemos seguir peleando por movernos, por competir si queremos, por disfrutar de la práctica deportiva porque nos va mucho más que una foto en Instagram o un vídeo en el tik tok, nos va ¡la salud!
Hay que apoyar a nuestras niñas y ayudarlas a seguir adelante cuando todo se pone de espaldas para seguir, recordándoles su talento, sea el que fuere. Y recordarles también lo necesario que es que cuiden su cuerpo por el hecho de verse sanas y fuertes y no por conseguir unas medidas determinadas.
El deporte conlleva un cuidado integral, descanso, orden… y necesita de una alimentación saludable y completa para poder ser llevado a cabo correctamente. ¡Qué importante es eso en nuestras chicas adolescentes bombardeadas constantemente por las dietas con nombres y apellidos que no les prometen más que dolor y frustración!
El deporte conlleva unos valores importantísimos en la vida, constancia, perseverancia, pasión, superación, resistencia a la frustración, autoestima… Nadie en su sano juicio negaría todo eso a una persona y sin embargo permitimos que nuestras niñas renuncien a todo en pos de ser los juguetes que el sistema necesita para que todo siga igual.
Cómo decíamos antes, cada día hay más y más referentes en el mundo del deporte para nuestras niñas y jóvenes. Hagamos que brillen más y más, siguiéndolas, dándoles resonancia, hablando de ellas, valorándolas… para que les iluminen el camino que hasta ahora se oscurecía cuando sus cuerpos comenzaban a evolucionar a mujeres. Hagamos entre todos y todas el esfuerzo de conseguir que esas niñas que empiezan jugando, corriendo, nadando, pedaleando, saltando… sigan queriendo seguir jugando, corriendo, nadando, pedaleando, saltando… en igualdad de condiciones que sus compañeros.
El trabajo es de todos y todas. Hagámoslo. En este 2023 luchemos por un mundo de igualdad en el deporte desde cualquier edad. Juntas todas. Porque juntas conseguiremos lo imposible.