En el último artículo nos centramos en la reflexión de Juan Luis Arsuaga sobre la importancia del uso del lenguaje anatómico. Cómo usamos el lenguaje y qué palabras decidimos utilizar es la manera en que damos forma a todos los aspectos de nuestra vida. Estuvimos hablando sobre como el correcto uso de un vocabulario anatómico es clave para conocernos y conocer nuestro cuerpo. Profundizando en la idea de que lo que no se nombra no existe nos planteamos lo difícil que puede ser buscar un buen trabajo de nuestro propio cuerpo si no podemos identificar detalladamente de qué estamos hablando o qué estamos trabajando en cada momento. 

 

En conclusión, una variante del gnóthi seautón para ir un paso más allá en nuestras capacidades físicas.

 

Hablamos en el anterior artículo sobre el tronco y el Core. Hoy vamos a centrarnos en las piernas. 

 

Particularmente en el ciclismo solemos fijarnos mucho en la forma y definición de las piernas, pero ¿podrías llamar a cada músculo por su nombre? ¿Cómo puedes trabajar la pierna entera si no conoces que existen los músculos antagonistas o no prestas atención a las posibles descompensaciones cuando trabajamos de forma específica sólo algunos de los grupos musculares?

 

 

Es ahora, en pretemporada, cuando podemos plantearnos de mejor manera aprender a conocer nuestras herramientas de trabajo y más allá de pedalear poner nombre y aprender a sentir cada una de sus necesidades. 

 

Hablamos más específicamente del entrenamiento neuromuscular en el siguiente artículo: TRABAJO INVISIBLE, DE PRETEMPORADA

 

Además de conocer nuestros músculos para entender cuales no se trabajan de forma específica en el pedaleo y por lo tanto poder trabajarlos en rutinas compensatorias y complementarias, entender qué músculos y de qué forma trabajan en nuestras piernas nos permitirá unas mejores sensaciones en la bicicleta ya que aprenderemos a percibir nuestras necesidades y carencias concretas para trabajar de la mejor forma posible: globalmente. 

 

De hecho, quienes nos seguís conocéis la gran importancia que damos al correcto pedaleo a la hora de ejercer toda nuestra fuerza en los pedales y de cómo el ciclo completo de pedaleo es importante. Es por ello que en determinadas épocas y bajo determinados planes de entrenamiento se incluirán los entrenos específicos a una pierna que permiten hacer el movimiento más eficiente, ergo, más eficaz para lograr nuestro objetivo final.

 

“… ¿Por qué y cómo llegamos a realizar un movimiento “cuadrado”? Porque el pedaleo no es un movimiento natural, es un movimiento aprendido y al tratarse de la búsqueda del avance lo más rápidamente posible el uso de la fuerza de forma irracional se enfoca en partes muy concretas de ese movimiento. Esto propicia que aprendamos de forma inconsciente un pedaleo que difícilmente permitirá un máximo rendimiento.

 

Llegar a realizar el movimiento “circular” conlleva un aprendizaje que debemos forzar en nuestro sistema nervioso que consiste en enseñarle al cuerpo a automatizar el pedaleo eficiente y permitirle realizar el trabajo necesario para lograrlo.

 

Necesitamos conseguir un movimiento armónico de forma automática, es decir, inconsciente.”

 

Esto es clave porque un movimiento circular que nos va a permitir una correcta distribución de la carga en los diferentes músculos:

 

 

Del mismo modo que durante el gesto concreto de pedaleo o con el trabajo específico compensatorio y complementario es de vital importancia conocernos, aprender a percibirnos y para ello lo primero es poner nombre a aquello que nos conforma, como personas y como deportistas. 

Así pues, el ejercicio sigue siendo el mismo que en el anterior artículo: