LA FATIGA MUSCULAR

01.03.2017 15:15

La fatiga muscular inducida por el ejercicio no es lo mismo que la fatiga muscular que tiene una casusa patológica.

Ésta última podríamos definirla de un modo muy general como la que se produce cuando los músculos no pueden ejercer fuerza normal, o cuando se requiere más esfuerzo de lo normal para lograr un nivel deseado de la fuerza por causas que pueden ser médicas y/o adquiridas. Muchas patologías de distinta gravedad  causan fatiga muscular y este síntoma está plenamente reconocido como un problema físico que puede ser muy peligroso para los pacientes.

Cuando lo que padecemos es fatiga causada por el ejercicio la causa suele ser que el cuerpo ha agotado “la gasolina” que esos músculos demandan. Es decir se suspende el suministro de energía a los músculos implicados en la acción.

No suele suponer un problema grave porque se resuelve de forma sencilla con descanso y nutrición.

Aun así cabe destacar que la fatiga muscular inducida por ejercicio puede, de hecho DEBE preverse y trabajarse desde el momento en que diseñamos y decidimos un plan de entrenamiento ya que va inexorablemente ligada también a la intensidad de los entrenamientos que por ello deberá contemplar variaciones en tiempos, cargas e intensidades para conseguir un trabajo más eficiente.

Ciertamente cuando comenzamos a realizar actividad física es muy difícil evitar la fatiga muscular de inicio. Precisamente por ir ligada al entrenamiento será necesario un tiempo de trabajo en que nuestro cuerpo se acostumbre al nuevo “trabajo” que le requerimos.

De nuevo en este caso será el profesional del entrenamiento que nos asesore el que nos ayude a interpretar esa fatiga y nos indique cuando parar ya que forzar en exceso nunca nos dará un resultado positivo. Siempre que realicemos actividad física o deporte es muy importante saber escuchar al cuerpo Y RESPETARLO. El descanso y la correcta nutrición serán imprescindibles para ir reduciendo la fatiga muscular progresivamente y conseguir un aumento real y eficiente del rendimiento físico.

Además de después del esfuerzo es importante aprender en ese trabaja de previsión y prevención de la fatiga esos mismo factores de descanso y nutrición DURANTE el ejercicio.  Dependiendo del entrenamiento beber agua en unos tempos determinados o suplementar cuando sea necesario con bebidas deportivas que contienen electrolitos puede ser útil para prevenir tanto la mencionada fatiga como los muy dolorosos y lastrantes calambres.

Se puede concluir de modo general  pues que la fatiga muscular como concepto, está relacionada con la capacidad de la “fuerza” de nuestra musculatura por lo que podemos trabajarla y aumentarla pero esto conllevará un trabajo constante con un plan inteligente de entrenamiento adecuado a las capacidades iniciales de cada deportista que además debe contemplar siempre el trabajo de las demás capacidades, tales como la flexibilidad y la coordinación intermuscular e intramuscular.

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