INVISIBLES

05.08.2021 13:21
Invisibles.
 
Los hombres siguen matando a las mujeres que atraen con la mentira de que las quieren.
 
Cada día más, con mayor impunidad. 
 
Sí, es verdad, hay leyes y normas y… NO SIRVE DE NADA. 
 
Vamos a tener que comenzar a entender que quien quiere matar a su mujer le mata y punto. Que le dan igual las consecuencias. Que su prioridad es su ego macho. Nada más. 
 
¿La pena de muerte cómo hubiera disuadido al que se suicidó hace dos días después de matar a su mujer y casi quemar a una criatura de 2 años?
 
Muy sencillo, TODO LES IMPORTA UNA MIERDA salvo castigar a la mujer “QUE ES SUYA”. 
Cómo se llenaron las redes con la búsqueda de aquellas pequeñas que su padre mató y lanzó al mar para que su madre jamás, nunca, tuviera consuelo. Lo más probable es que el también fuera pasto de los peces.
 
 ¿La pena de muere qué hubiera evitado?
 
Son egos machotes que se creen por encima de cualquier castigo o consecuencia, que tienen muy claro que cualquier cosa que les pase vale la pena porque no tienen mayor satisfacción que maltratar, aterrorizar y mantener sometidas al miedo y el dolor para siempre a esas mujeres.
 
55 mujeres en lo que va de año asesinadas. ¿Es violencia machista? sí. ¿Es machismo y patriarcado? sí. 
Y también es en cada uno de los casos el tío asqueroso, el hombre cobarde, inhumano y deshecho social que decidió matar. Y de ellos que poquito sabemos. 
 
Sé los nombres de ellas, su familia, incluso en no pocas ocasiones, gracias a la patética prensa de este país, detalles de sus vidas privadas que son absolutamente innecesarios y que no buscan si no humillar a la víctima y humanizar “la reacción” de su agresor. 
 
Patrañas que siempre justifican la violencia contra las mujeres repetidas hasta la saciedad. 
Hay un asesinato machista y dos segundos después la voz en off te cuenta la edad que tenía ella, en que trabajaba, si había denunciado o no, si se había separado o no, si tenía a sus hij@s con ella o no, etc. El foco pasa a sus familiares, compañer@s, amig@s... 
 
Pero no sabemos nada del asesino. Como mucho su nombre en algún caso muy concreto y rapidito tenemos que correr un tupido velo.
 
Ellos no son seres humanos con una historia detrás. Ellos no tienen un entorno. 
 
Y así es como les hacemos desaparecer. Así es como se llega a que las mujeres mueren cuando en realidad son asesinadas. Porque una se muere sola, pero para que la asesinen hace falta el asesino y el sistema se mantiene, sustenta y perpetúa en que no existen.
 
En los noticiarios “más concienciados” dedican tras un asesinato un buen rato a decirle a las mujeres que deben acordarse de denunciar, que hay salida y que existen herramientas. 
 
Fantástico. Pero eso es sólo una parte.
 
Nunca he entendido y hoy sigo sin entenderlo, como poner el foco exclusivamente sobre las mujeres puede llevar a solucionar nada. 
 
Obviamente mientras se tomaran las medidas para cambiar este terrorismo social, hay que protegerlas, hay que luchar contra la violencia institucional y simbólica, hay que perseguir y expulsar a quienes hacen uso de su posición de poder ya sea desde la judicatura hasta la política institucional para perpetuar un sistema aberrante que nos mata, hay que educar en igualdad y poner sobre aviso a las autoridades de los entornos familiares en que se detecten conductas machistas y/u otras manifestaciones de violencia… SÍ HAY QUE HACER TODO ESO que en demasiadas ocasiones ni siquiera se hace aunque se publicite en campaña.
Y TAMBIÉN HAY QUE PARAR A LOS HOMBRES.
 
También hay que dejar de reírse de sus gracias. También hay que dejar de cargarse con todo (lo invisible y lo palpable) para que puedan seguir sus caminos a costa del nuestro y obligarles a corresponsabilizarse de todo, etc.
 
Pero si cometemos el error de cargar sólo sobre las mujeres esa responsabilidad estaremos siendo de nuevo injust@s y seguiremos manteniendo la revictimización constante y seguiremos mermando cada vez más y más la ya de por sí muy dañada seguridad y autoestima de la mujer.
 
¡Ya está bien!
 
A las mujeres las matan hombres, no sombras, no ideas, no enfermedades, no monstruos. LAS MATAN, NOS MATAN, HOMBRES. 
 
Que aun así los hombres sigan excusándose en los #notallmen es patético, pero con mucho, lo más preocupante de las últimas semanas es que ni se escudan en el #notallmen. 
 
Esa máscara mediocre que pretendía esconder la cobardía de dar el paso por cambiar las cosas y pretendía dibujar una sombra de posible intención de renunciar a los privilegios, ha caído ya y ahora, de nuevo, los hombres ya no se escudan en el “Ellos sí, pero yo no”, ahora ya no les hace falta. 
 
Muchos de los #notallmen no tienen problema en mostrar la misoginia y en acorralar y esconder todo lo que pueda sonar a femenino o tenga que ver con los roles históricamente asignados a las mujeres. 
 
Ahora el virus nos ha metido en casa y se creen que ahí son más fuertes. Supongo que porque el sistema se lo permite. No podemos manifestarnos porque somos responsables y sabemos que no se debe jugar con la vida de nadie y parece que de pronto aquella marea rosa, lila, etc. que les arroyó y les dejó descolocados ya no está.
 
La presión del feminismo debería ser constante y visible siempre. Las campañas públicas DE TODAS LAS ADMINISNTRACIONES para concienciar y educar deberían ser constantes en todos los canales de información (tv, radio, redes sociales…) y POR SUPUESTO, deberían dirigirse a los hombres. SON LOS HOMBRES QUIENES NOS MATAN.
 
Deberíamos poner en la mano de cada uno de los amigos del asesino el cuchillo que segó la vida de la mujer y/o de l@s niñ@s. Deberíamos obligarles de una vez a responsabilizarse de lo que su forma de relacionarse supone para el mundo. Deberíamos comenzar a chillar que las bromas matan. 
 
Deberíamos recordarles que todos, sin ninguna duda, se ponen de parte de su amigo ante la información de que hay una denuncia o ante la sospecha de abuso. 
 
Los hombres son el problema y deben ser la solución. Debería caérseles la cara de vergüenza a quienes abogan por la justicia social y hablan de igualdad, de paz, de combatir las injusticias y luego no tienen las narices de dejar de ser machos para poder ser hombres. 
 
Ni siquiera hay referentes. La sociedad encumbra a hombres cuanto más machos mejor y nos lo tragamos. Y tenemos que aguantar con ello.
 
Me encantaría saber cómo los institutos de nuevas masculinidades vas a trabajar para cambiar las cosas. Me encantaría saber cómo van a conseguir que los hombres acudan.
 
En serio, cuántos de vosotros que leéis esto o cuantas de vosotras conocéis a hombres que estén dispuestos a dar el paso. ¿Lo estás? ¿Vas a pasar tiempo leyendo, informándote y aceptando verdades AMPLIAMENTE DEMOSTRADAS DE FORMA EMPÍRICA por mucho que tengas que enfrentarte a que ese monstruo asesino invisible que ha matado a más de 55 mujeres este año no es ajeno a ti, sino que eres tú, al menos en parte ya que se alimenta de tu desidia cuando no de tu apoyo más o menos explícito?
 
Ojalá. Porque, aunque como mujer machista sé lo duro que es darse cuenta de lo que una perpetúa es el único camino para poder situarte en el mundo de manera real y poder elegir qué camino tomar en adelante para que deje de pasar. 
 
¿Cómo haremos que los hombres den ese paso? 
 
Pero, sobre todo, me encantaría también SABER COMO VAN A CONSEGUIR QUE LOS HOMBRES UNA VEZ SALGAN POR LA PUERTA, no vuelvan a sus cavernas.
 
Porque hasta ahora, y hablamos por experiencia, hay muchos hombres condenados a cursillos y muchas terapias en marcha. En el hipotético caso de que un hombre ponga todo de su parte para deconstruirse e intentar cambiar…
 
¿Cómo va luego a rebelarse contra su entorno y quedarse solo? Porque esto no es una cuestión de perder a los amigotes solamente, es una cuestión de que un autónomo pierde clientes, una empresa compradores, un trabajador puede ser despedido…
 
Una mujer machista que se da cuenta y despierta descubre su complicidad, pero también puede adivinar el sometimiento y el juego de poder que la ha llevado allí. Además a las mujeres no nos queda otra que ser valientes, desde que nacemos, y no es más que otra cuesta que subir con la diferencia que esa aventura de entrar y crecer como feminista nos acaba liberando.
 
Pero un hombre, como han demostrado y demuestran hoy en día la cobardía más osada disfrazada entre machiruladas en su maravilloso mundo falocéntrico, ¿de verdad creemos que va a soltar esa máscara que le permite, al final, salir siempre vencedor?
 
Que difícil lo veo. Y que injusto y ¡cómo me hierbe la sangre!
 
Y hoy en las noticias será un segundo de voz en off más y mañana nos habremos olvidado de ella. Y ni hoy, ni mañana, habremos pensado y puesto el foco sobre el mierda de asesino que la ha arrancado del mundo
Seguirán invisibles, ocultos y buen recaudo entre sus colegas de whatsapp, del gimnasio o del curro. 
 
Ese el problema de la violencia machista. 
 
Y es el problema que nadie, salvo las feministas, tiene el arrojo de enfrentar.
 

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