HOMENAJE A L@S SANITARI@S, dedicado a Judit
Ayer nos llegó esta imagen, ¡qué bonita! ¿verdad?
Pues nos llegó en un grupo donde tenemos una persona muy cercana a nuestros corazones que forma parte del sistema sanitario. Que ha estado y está en primera línea (COMO TOD@S ELL@S por otro lado, el covid ha sido un tsunami).
Pues a mí me pareció preciosa y lo dije. Además porque la figura está en Madrid y creo que todo la familia sanitaria necesita más apoyo que nunca a todos los niveles.
Pero entonces intervino ella y nos dijo que le crispaba la imagen.
De pronto se rompieron los esquemas, nos había parecido un apoyo muy bonito sí, pero ¿qué clase de apoyo?
Entonces ella nos contó que cada día los recortes se perpetúan.
Nos contó la sobre explotación a la que se ven sometid@s tod@s ell@s.
Nos contó como la sociedad se olvidó en 10 segundos de los aplausos para llamarles vagos, etc.
Nos contó cuan poco se había apoyado a la huelga de los MIR en Catalunya por reivindicar unas condiciones dignas, no lujos o utopías, dignidad.
Nos contó como muchas personas con vocación, formación y experiencia se ven abocadas a buscar duplicar trabajos y acaban optando por la sanidad privada en muchos lugares como Madrid o Catalunya porque es donde encuentran condiciones de trabajo que permiten vivir.
NO, no porque la sanidad sea mejor, antes al contrario. La pública excelente y con una calidad incomparable (por muy cara q sea la cuota de la privada no puede competir), mantiene a nuestr@s sanitari@s en una precariedad laboral sin parangón. No me puedo imaginar lo que es vivir con contratos encadenados de un día o una semana, sin estabilidad alguna y sin posibilidad de planificar ni siquiera el día siguiente. Durante años. Trabajando en salvar vidas sobre una cuerda de funambulista. ¿Lo imaginas?
Nos contó cómo se desmantela la sanidad pública poco a poco sin darnos cuenta, como han aumentado los anuncios de seguros privados.
Y aun así, la sanidad pública, que son personas, muchas personas, sigue mostrándonos a gente que se dejan mucho más que la piel para mantenernos a tod@s l@s demás con vida, san@s y felices.
Sí, es sólo su trabajo, pero lo hacen con una sociedad enfrente que los menosprecia y eso no merma un ápice su entrega e ilusión por seguir adelante por tod@s nosotr@s.
Nos contó cómo se invisibiliza la lucha de enfermer@s, médic@s, celadore/as, auxiliares, administrativ@s... En los medios. Cómo nosotr@s lo permitimos.
Nos contó que en el covid el gasto de un gesto como el de la foto ha significado muchos muertos, puesto que mucho material básico para la superveniencia podría haberse comprado con esa inversión.
Nos contó que la idea de devolver al sistema sanitario el valor social que tiene el sistema sanitario no justifica esa imagen, puesto que no debería depender de cuántas figuras, capas o palmas se vean en Instagram si no de cómo lo sentimos cada un@ de nosotr@s en nuestro interior.
Nos contó que la presión que nos enseñan en números y porcentajes de cama obvia el dato más importante: el agotamiento, tristeza, ansiedad, miedo o dificultades físicas y emocionales con las que los y las sanitarias se las siguen viendo cada día en su equipo porque el infierno no ha desaparecido en ningún momento.
Nos contó que no hay muñecos para tapar el dolor y pesar de sus corazones cuando ven que el sistema prioriza el dinero a las personas, pero eso, como lo viven en carnes lo tienen asumido. El mayor dolor y pesar es el de vernos al pueblo negando lo que han vivido, jugando a no llevar mascarillas, en fiestas multitudinarias, en aglomeraciones en las puertas de los colegios, sin cuidar la higiene, sin respetar cuarentenas, sin respetar los tempos de las Pcrs o los aislamientos…
¿Cuántos muñecos nos pueden hacer olvidar la muerte de una persona vulnerable que depende de nosotros para que sonriamos ante una figura de cartón piedra con capa?
No. No es una imagen bonita. Es hipócrita e invisibiliza la lucha de quienes más apoyo social necesitan hoy por hoy. Es una excusa para los irresponsables para que sintamos que estamos haciendo algo entre todos. Pero es mentira.
Así que nosotr@s os dejamos junto al muñeco del superhéroe/súperheroína y las imágenes de ellos y ellas. Much@s no quieren ser considerados héroes o heroínas. Quieren ser consideradas personas profesionales, íntegras, que merecen dignidad y respeto. Nada más.
Y NADA MENOS.
Porque llamarles héroes es decirles que tiren de ciencia ficción para enfrentar un problema muy, pero muy real. Y eso no es justo.
Son personas como tú, como yo, como nuestros hijos e hijas, madres y padres, primas, amigas, compañeras… Nos necesitan muchísimo. Aunque sólo sea para no olvidar cuantísimo les necesitamos nosotr@s. Personas. Personas en cuyas manos está nuestra vida.
Decidid qué hacéis.
Nosotros hemos decidido compartirlo. Exponerlo. Disculparnos por nuestra irresponsabilidad y apoyar a esos conciudadan@s nuestr@s que estuvieron, están y estarán enfrentando un infierno que empezó siendo inevitable pero que ahora tod@s somos responsables de que cada día que pasa más y más personas sufran sus consecuencias.