EN LA PURITO, DE CALAMBRES, CAUSAS QUE NO SON LAS COTIDIANAS Y CÓMO GESTIONARLOS
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¿Por qué una persona con una alimentación eficiente, una correcta rutina de estiramientos y unos hábitos ideales de hidratación dentro y fuera de bicicleta puede sufrir calambres en una marcha?
Partiendo de la base de que hay personas más propensas que otras vamos a centrarnos en el Boss, ya que tras la experiencia de este 2019 en la Purito hemos considerado que era un tema de interés sobre el que muchas veces no tenemos toda la información. Como muchas veces hemos hecho, en casos que nos parece que necesitan la máxima difusión, os advertimos que el lenguaje y argumentario que vamos a aplicar en este artículo será una suerte de “adaptación” de los conceptos a modo de hacer entendible el mensaje que queremos transmitir. No debemos confundir el significante y el uso que le damos hoy con el significado técnico/habitual del mundo más profesional.
Generalmente los calambres provienen de microrroturas fibrilares dadas por el esfuerzo físico, en momentos de deshidratación masiva que no permiten la correcta regeneración de los músculos.
Así pues, centrando el tema en la pasada Purito cabe comenzar explicando que este verano, tras mucho tiempo retirado, Raúl retomó el acudir a algunas marchas cicloturistas de exigencia media-alta.
Sin embargo, con un gran cambio. Este año este tipo de preparación para las marchas-carreras estuvo muy limitada a unos días determinados y horarios determinados agendados en función de las necesidades laborales y los deseos de compaginar el hábito de la actividad física con la familia, siendo la segunda la prioridad en cualquier caso.
Esto quiere decir que los entrenos y preparación se adaptaron a muchos otros campos de la vida y no al revés.
Así, el resultado en la ruta Minera corta, La Pedraforca, fue buenísimo, haciendo el mejor tiempo de la prueba aproximadamente por 15 minutos y rodando solo desde el primer puerto. Podemos decir sin temer a equivocarnos que el rendimiento fue genial.
Esta prueba se realizó a finales de junio y la pasada semana estuvimos en la última marcha en que hemos participado, más exigente en lo que se refiere a desnivel y dureza global, La Purtio en la distancia corta de 80kms.
Llegábamos a esta marcha con la “antipreparación”, Raúl iba sin a penas preparación específica para las grandes subidas, ni había realizado entrenamientos de fondo, de hecho superar las 3 horas de entreno es algo que raramente se haya dado este año.
De nuevo un día fantástico, con un rendimiento brutal, mucha más competencia y un nivel altísimo de participantes entre los que el tiempo de Raul fue el 7º mejor y en lo que a marca personal se refiere mejorando el tiempo del recorrido en 15 minutos aproximadamente con respecto al pasado septiembre, en que vinimos a modo de broche de temporada a conocer algunos y probar muchos de los fantásticos puertos de Andorra.
Un rendimiento perfecto con el que deportivamente nos llevamos una satisfacción plena y además una gran experiencia personal y laboral.
Pero en ambas marchas Raúl sufrió algunos calambres al final, en ambos casos en la última subida, el Coll de la Mina en Berga y Cortals d’Encamp en Andorra.
¿Siendo que la planificación deportiva y la nutrición estaban miradas al detalle y más que contemplada cualquier necesidad específica como puede darse esta tesitura?
Pues si estamos escribiendo este artículo es por que necesitamos seguir destacando con toda la fuerza posible la importancia del sistema nervioso y del trabajo mental en el deporte.
Raúl Cruz es de sobras conocido en el mundo del ciclismo amateur de competición y cicloturista pero para quien aun no sepa su bagaje decir que en lo que al día a día se refiere tenéis en Strava sus resultados en las rutas cotidianas, sus tiempos en grandes fondos como Qh o marchas como Purito y en lo que ha competición se refiere fue Campeón de España y varias veces de Catalunya ruta y crono.
Este currículum que podría considerarse una ventaja a la hora de presentarse a cualquier prueba es también un handicap. Y os explicamos por qué.
Un ciclista que se prepara desde niño y que incorpora el ciclismo de tal modo que forma parte de si mismo consigue automatizar una serie de formas de enfrentarse el deporte que otras personas que abrazan esta disciplina de más mayores o de forma menos profesionalizada.
Así, por ejemplo, haber vivido la mayor parte de la vida en el campo de la competición prepara a la persona para enfrentar cada reto con un plus de adrenalina. Además los aprendizajes adquiridos (lo que llamamos veteranía) hace que de forma automática el cerebro realice la organización táctica sin tener que parar a pensar en ello. Esto quiere decir que la colocación previa, la posición en el grupo/pelotón, el momento de irse adelante o los puntos donde hay que dar un plus y apretar nuestro cerebro los ha gestionado de forma independiente y subconsciente.
Es por ello, que aun tomando la máxima conciencia de que en marchas cicloturistas estamos en una situación de tráfico abierto y por ello ponemos nuestra mente consciente en ello, la mente inconsciente a nivel de rendimiento nos hace darlo todo, llegar absolutamente vacíos de fuerza y gasolina.
Esta es la importancia de automatizar una forma de pensar.
Del mismo modo que cuando en pretemporada nos centramos en automatizar por ejemplo el gesto de pedaleo de manera que eduquemos o reeduquemos mejor dicho, a nuestro sistema nervioso para adquirir un movimiento fluído, inconsciente y eficiente al 100% y cuando lo conseguimos ya nos sabemos volver atrás, es decir, rediseñamos nuestro movimiento, también podemos REDISEÑAR nuestro pensamiento para conseguir mejorar nuestra forma de enfrentarnos a una marcha-competición.
En el caso de Boss los calambres provienen de tener un pensamiento competitivo educado de una forma determinada para unas condiciones previas de entrenamiento específicas y profesionalizadas que no son, obviamente las que se han decidido llevar a cabo en este año.
Podríamos decir que el cerebro y las piernas del Boss corren a un nivel de gasto de gasolina muy por encima del que en este momento sería el ideal habida cuenta que vivir el deporte en el día a día de forma más relajada conlleva el día de la prueba a unas pulsaciones muy por encima y a un gran sobreesfuerzo muscular que conlleva “microroturas fibirilares”, por tanto hablamos de una exposición de nuestro organismo a una exigencia muy superior a la que le exponíamos en épocas de entreno diario y una vida centrada en la práctica deportiva.
Ahora bien, incluso en esta situación (todes sufrimos o sufriremos calambres en algún momento) la vetaranía y la profesionalidad de Raúl tiene también la llave para poder seguir adelante incluso con calambres. Y esto, dada la amplísima experiencia también sale de forma automática con lo que se reduce el estrés de la situación y podemos concentrar la energía en gestionar la situación.
¿qué debemos hacer en caso de calambres?
En primer lugar , hay que mantener sangre fría. Sin eso no podremos continuar ya que el estrés provoca una rigidez que aun nos perjudica más.
En segundo lugar debemos intentar reducir el calor y la sudoración, abrir la ropa, cremallera, etc..
Luego nos ayudará muchísimo alternar la posición en la bicicleta de pie y sentado.
Utilizaremos desarrollos un poquito más ágiles de lo normal para no implicar tanto a la musculatura.
Obviamente hidratarse de a poquito y con regularidad. En verano alternando agua e isotónica.
Y sobretodo NO DEJAR DE PEDALEAR CUANDO LLEGUE UNA BAJADA. Mover las piernas siempre aunque sea de forma ligera para hacer circular la sangre.
Debemos pues darnos cuenta de que a la hora de correr el bienestar y la eficiencia de nuestro organismo va a necesitar que tengamos en cuenta el 100% de lo que nos rodea. Escribimos este artículo por que siendo más que contrastado el nivel deportivo de nuestro trainer y boss nos parecía muy interesante compartir que sí, él también puede padecer calambres en momentos determinados y sobretodo el por qué.
Es imprescindible que entendamos que nuestro organismo es un ordenador que depende de los programas que nosotros instalemos para funcionar de un modo u otro.
El jefe ha disfrutado como un montón y claro, al no ser calambres de dehidratación o problemas nutricionales, ni por dolores o incomodidad, no han suhar al cuerpo y pensar que siempre hay algo que podemos hacer para ayudar a nuestro cuerpo a disfrutar de nuestro deporte de forma más eficiente, sana y eficaz.