EL RENDIMIENTO DEL CICLISTA
07.03.2013 16:11
La mente es lo más importante a la hora de practicar un deporte tan duro como el ciclismo.
Salir cada día a entrenar varias horas, tener que llevar una dieta estricta y adaptar el resto de la vida de uno a a la temporada deportiva es algo para lo que no sólo hay que servir de manera física sino que, en primer lugar, debemos estar extraordinariamente mentalizados.
Por supuesto, para que el rendimiento sea alto, hay que tener una genética determinada y disponer de tiempo para las rutinas de entreno imprescindibles. Sin embargo, aún teniendo estas características, lo primordial es tener una mente fuerte y preparada.
De hecho, aunque estas características físicas no sean innatas en nosotros pueden desarrollarse más o menos con constancia y tenacidad. Características que vuelven a proceder del órgano más importante, el cerebro.
Una alta motivación es imprescindible para poder rendir en un deporte donde tenemos que medir continuamente la resistencia y el límite de cada una de las partes que nos forman como personas.
El conocer esos límites y querer superarlos por el mero hecho de ser mejores y sentirnos orgullosos de nosotros mismos es uno de los objetivos que debemos imponernos si no queremos darnos por vencidos ante las bicicleta.
La capacidad de sufrimiento que podemos desarrollar pedaleando es algo que no sólo nos servirá para ser los más resistentes en la carretera sino que también nos ayudará después ante cualquier otra situación. Puesto que, no se trata en la vida, más que de luchar y superar lo mejor que podamos los sufrimientos que nos toca pasar para poder después disfrutar mucho más de todo lo bueno, que también nos rodea.
Por supuesto es importante transmitir nuestra necesidad de vivir el ciclismo y las sensaciones tan positivas que nos produce puesto que de este modo nuestro entorno podrá entendernos mucho mejor, apoyarnos y, en algunos casos, acompañarnos también a este mundo de las dos ruedas. Y es importante tener un entorno agradable que nos apoye, siempre y en todos los casos.
Por supuesto habrá muchos factores externos que puedan perjudicarnos: alguna patología médica, unas responsabilidades laborales difíciles de compaginar, algún problema puntual con la familia o con los amigos.... Esas variables negativas son muchas y distintas, pero nuestra capacidad de adaptación a ellas, la resistencia mental para que no puedan con nosotros ni echen atrás nuestras metas... es una característica que todos tenemos y que gracias al ciclismo podemos practicar y perfeccionar para luego adaptar a cualquier otra situación de la vida cotidiana.
Al fin y al cabo el ciclismo es en si mismo una filosofía. Una manera de vivir. De la que se pueden extraer enseñanzas varias y complejas para el resto de nuestra vida. Haciéndonos fuertes, constantes, resistentes y capaces de gestionar cualquier complicación que, depende en que momento, pueden parecernos insalvables.
Ser ciclista no es sólo ganar. Es ser mejor que uno mismo usando sólo nuestra riqueza interior. No hay trampa ni cartón. Es el hombre contra él mismo.
Y la mejor de nuestras armas se encuentra en la cabeza. El cerebro es el músculo que primero, después y hasta el último minuto tenemos que tener a punto y fino para triunfar.
No hay triunfo sin una mente equilibrada. Al menos no el triunfo por el que todos empezamos a disfrutar de este deporte.
Vale la pena trabajar nuestro espíritu. Tanto o más que nuestras piernas.
El equipo de Psicología Deportiva de RCR19 Ciclismo Integral