CREER QUE HAY QUE HACER MÁS SIN TENER EN CUENTA EL LARGO PLAZO - INICIO DE AÑO 3/3
Cuando el Dr. Hans Slyle en los 50 sentó las bases de la supercompensación, descubrió que el cuerpo está diseñado para equilibrarse, es decir, que cuando lo enfrentamos a un cambio/estímulo nuevo, distinto en forma o intensidad, necesita ajustarse a la nueva situación que dicho estímulo supone. Esta búsqueda del organismo por reequilibrarse es la ley de Selye en honor al investigador.
Las actividades cotidianas que realizamos, nuestros hábitos/rutinas provocan que nuestro cuerpo se reajuste y busque el máximo equilibrio hormonal, metabólico, de temperatura… Esta propiedad de nuestro cuerpo es la homeostasis.
Para conseguir cuadrar esa propiedad con el aumento progresivo del rendimiento deportivo que conlleva obviamente cambios constantes en las capacidades físicas así como un amplio espectro de estímulos diferentes a lo largo de la temporada deportiva, es imprescindible conceder al cuerpo aquello que necesita para poder ir readapatándose y aprendiendo sus nuevos parámetros de equilibrio.
Si no tenemos en cuenta las necesidades biológicas de nuestro organismo y los tempos imprescindibles para desarrollar sus capacidades, corremos el riesgo que a causa de trabajar con volúmenes o intensidades demasiado elevados o continuados en el tiempo, el excesivo estrés a que estaremos sometiendo a nuestro cuerpo termine dando como consecuencia un estancamiento o, normalmente, una disminución del rendimiento y las capacidades.
Es muy importante que cuando pensemos en un camino erficiente e inteligente las palabras PROGRESIÓN y TENACIDAD sean también pilares en la forma en que nos pensamos y pensamos nuestra preparación deportiva. La mayor parte de las veces hacer más no es hacer mejor. Antes al revés. Un entrenamiento eficiente es el que tiene en cuenta todos los plazos (corto-medio-largo) y el que se adapta para que continuamente, pero de forma natural no abrupta, las capacidades de cada deportista vayan mejorando (dependerá del deportista y la disciplina qué cualidad y de qué modo debemos entrenarla) y llegando a las puntas de forma óptima cuando tengan que llegar.
Todo esto, para que todo el trabajo que vayamos realizando y que se base en resultados reales, no en emociones momentáneas, cree también una base que poco a poco se vaya fortaleciendo hasta quedarse para siempre en nosotros consiguiendo esfuerzo a esfuerzo, semana a semana, mes a mes, temporada a temporada, un punto de partida cada vez mejor que nos conduzca a llegar más y más lejos sin temor a que los cimientos se desmoronen bajo nuestros pies.
- Hemos hablado en numerosas ocasiones de la importancia de la supercompensación,
- de como el descanso es clave,
- de que un plan de entrenamiento inteligente, respetuoso con el deportista y sus cualidades personales debe ser absolutamente a medida,
- también hemos hablado de la importancia de ítems como la compensación, la complementación con, entre otras, las rutinas de fitness, stretching o mindfulness,
- hemos hecho hincapié en que diversificar los intereses, huir del esclavismo en redes sociales y aprender a discernir realidad de las modas y el mercado…
TODO ELLO es capital para poder conseguir un máximo rendimiento deportivo (además de un bienestar general).
Y si realmente quieres hacer más ahora, si realmente tienes ganas de hacer más en tu plan de entrenamiento porque emocionalmente no puedes controlar esa angustia aprendida de producir más y más y más, si tienes tiempo además para hacerlo, elige bien:
Estira cada noche, come de forma mucho más equilibrada (ese tiempo que entrenarías prepara comida para la semana que te vaya realmente bien), diversifica intereses (lee un libro que no sea de deporte, mira documentales que no sean de deporte, pinta, juega, canta, redecora tu casa, queda con amigos y amigas), aprende a dormir, céntrate en controlar tempos.
Tu cuerpo busca biológicamente EQUILIBRARSE, si quieres hacer de más, ayúdalo no cargándolo sólo de una cosa.
M. Pasalodos Vaya